lunes, 29 de febrero de 2016

Hace algún tiempo hice una prueba de guión para una serie española que me encanta. La verdad es que no me había leído el guión hasta hace poco y he descubierto un breve monólogo que me gusta mucho, así que he decidido compartirlo en el Tejedora.

LA LIBERTAD

La libertad es una utopía porque todos somos presos de algo; de un sentimiento, de un trabajo…
Nos venden la libertad como si existiera, pero lo cierto es que todos estamos condicionados por nuestro alrededor.
Hace cuarenta años la gente gozaba de más libertad; ahora estamos demasiado pendientes de cosas sin importancia como los teléfonos móviles, la cantidad de dinero que voy a ganar… Estamos involucionando, retrocediendo al pasado. En mi época hay gente que no se vacuna cuando la medicina puede salvar vidas; en el hospital he visto a mujeres que fingen darse golpes cuando son los desgraciados de sus maridos los que les hacen daño, cada día hay parricidios, miles de refugiados mueren cada día intentando llegar a un lugar que les aleje de la miseria y la guerra…
En el siglo XXI estamos tan acostumbrados a la violencia que hemos olvidado el significado de la libertad. Todo el mundo lleva la libertad por bandera, pero a la hora de la verdad ninguno respeta la de los demás.

FIN

Como ya dije era un brevísimo apunte sobre la libertad y me parece importante sacarlo hoy a colación porque cada vez soy más consciente de que la mayoría de nosotros no somos realmente libres. Cada uno nos sentimos presionados por aspectos diferentes de la vida que nos impiden sentirnos completamente libres.
Cada día que leo el periódico soy muy consciente de que la libertad por la que todos clamamos no existe, es una utopía. El ser humano la mayor parte del tiempo nos lo pasamos censurando comportamientos en los demás, criticando actitudes, la elección política de cada cual etc. y además, una gran parte del mundo, vive en lugares donde la libertad no existe, donde las personas se ven condicionadas por sus religiones,  aspiraciones de conocimiento, el gobierno de turno que actúa como dictador, inclinaciones sexuales...
Todos soñamos con la libertad, pero cada día nos alejamos más de ella con comportamientos como el acoso escolar, asesinatos a mujeres por sus maridos, homosexuales que son asesinados en algunos países. Nadie está excluido en esta lista, ni siquiera los supuestos países desarrollados. Sólo hay que ver a los países del Este que se niegan a acoger a refugiados y sin embargo quieren que los países más ricos de Europa los acojan, Trump en los Estados Unidos con un mensaje xenófobo y elitista. Porque, sí señores, no nos engañemos, lo que Trump quiere es tener más dinero, más poder y que se jodan(perdón por la expresión) las clases sociales más deprimidas. Lo triste de Trump es que sus votantes son mayoritariamente blancos y, encima, ni siquiera tienen dinero. Personas deprimidas que creen que echando a los méxicanos y a los refugiados sirios tendrán más oportunidades laborales y un mundo de color de rosa.
Y, dentro de todo este caos, está la prensa. Soy periodista y cada día estoy más convencida de que mi profesión es una chirigota, con tantos medios obligados a seguir una línea editorial y que se niegan a criticar los problemas actuales de nuestro país por si pueden ofender a determinado grupo político o económico.
Yo no sé si algún día lograremos la libertad, pero empiezo a pensar que cada vez que el mundo evoluciona, el ser humano involuciona, volviendo a actitudes más propias de la Edad Media que de un tecnológico S.XXI.

Como apunte final quiero hablar del magnífico programa que hizo ayer  Jordi Évole, uno de los pocos periodistas objetivos que quedan en este país, sobre el amianto. Una enfermedad que se ha llevado centenares de vida en el mundo y que, a día de hoy, en países como Brasil, India, Rusia y China se siguen utilizando.  Lo peor del tema es que las personas que se ven obligados a usar el amianto en su trabajo deben hacerlo, aún siendo conscientes de que éste les matará poco a poco porque los grandes empresarios están dispuestos a cualquier cosa para seguir ganando dinero. No importa que mueran cientos de personas mientras sus bolsillos se sigan llenando con dinero que, en todo caso, está manchado con la sangre de muchos.  Soy de Ferrol y me enfada bastante cómo trataron las empresas navales de nuestra maravillosa ciudad a sus trabajadores con respecto al amianto. Una muestra más de la falta de libertad porque unos auténticos capullos(nuevamente perdón por la expresión) se lucraron jugando con la vida de otros y eso, señores, es una muestra del poco respeto que tenemos a las vidas de los demás.

En fin, os dejo mi reflexión sobre la libertad. Nos vemos en el próximo Tejedora :)


1 comentario:

  1. Tienes razón. Aunque quizá tengamos miedo a la libertad y nos atemos nosotros mismos con cadenas invisibles. Otras veces está claro que nos las imponen.
    Desconectar de la actualidad y enfocarse en realizarse uno mismo creo que es la única manera de no acabar cabreado con el mundo. Higiene mental lo llamaría yo. Y eso que soy periodista también.

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